Testimonio de sanidad
(Transcipción -Resumen- del audio)
Shalom hermano y hermana. Mi nombre es Yaritza del ministerio de adoración AvdeYah.
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Hermano y hermana, ¿no se si sabías?…
Nosotros le servimos al Creador del universo, al Gran Yo soy, al Invisible que nos ve y el Todopoderoso Elohim/ Dios. Sí, hermanos le servimos al Poderoso que hace milagros. Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos; como lo declara Hebreos 13:8
Resumen del Testimonio
Hoy quiero contarles brevemente un testimonio de sanidad y en los próximos (audios) iré desmenuzando ese testimonio.
Por 10 años aproximadamente padecí de una condición crónica llamada El Síndrome de Fatiga Crónica. Esa condición hasta el momento no tiene cura, tampoco se sabe qué la causa y afecta varios sistemas del cuerpo incluyendo el sistema musculoesquelético. Cada persona que la padece siente los síntomas de manera e intensidad diferente. Pero para que tengan una idea de cómo me afectaba a mí.
Te relataré un poquito:
- Me afectaba mucho los músculos especialmente los de las piernas. Cuando tenía recaídas se me dificultaba caminar distancias cortas. Los músculos estaban débiles y no me sostenían.
- Tenía dificultad para hacer tareas simple como lavar platos, hacer tareas de la casa. Etc.
- Tenía dificultad en concentrarme.
- Mi presión arterial bajaba muchísimo.
- En fin me impedía llevar una vida normal y productiva.
Pero todo esto cambió durante los meses de mayo y junio de 2021.
En esos meses el Eterno utilizó una situación que era para maldición y la convirtió en una gran bendición.
En el mes de mayo 2021, mi esposo y yo nos contagiamos con el virus del COVID-19. Durante ese tiempo el Eterno nos tuvo en una escuela intensiva. No solo necesitábamos restauración en nuestro cuerpo sino en nuestro corazón. Y Él aprovechó nuestra cuarentena para trabajar con nosotros.
Aunque pasamos un tiempo difícil con toda sinceridad les puedo asegurar que también fue un tiempo glorioso. Un tiempo de íntimidad con el Todopoderoso, un tiempo de enseñanza, de reconciliación y sanidad.
Las palabras y la enseñanza que recibimos han sido muy grande como para quedarnos callados …
Sabíamos que teníamos que compartirlo. Las palabras de nuestro maestro de Mateo 10 retumbaban en mi cabeza. En Mateo 10:8 dice: «Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, echen fuera demonios. De gracia han recibido; den de gracia.»
Y precisamente eso es lo que pretendemos con esta serie, darles lo que por gracia hemos recibido de parte de Adonay.
La mano del Poderoso en nuestras vidas
Para darles un poco de perspectiva de lo que nos pasó durante la cuarentena del COVID -19:
- Del día 1 al 8 nuestros síntomas iban complicándose.
- Luego de varias tele-consultas nos indicaron que nuestros síntomas eran normales por lo tanto no había nada que pudieran hacer.
- Como no veíamos mejoría - todo lo contrario - nos contactamos con un médico que conocíamos de Puerto Rico.
- Al contarle al médico vía telefónica nuestras síntomas y él escuchar lo congestionados que estábamos, se alarmó muchísimo.
- Nos indicó que estábamos para hospitalización, especialmente mi esposo.
- Nos indicó que nos iba a dar medicamentos como si estuviéramos hospitalizados sin tener que ir al hospital. O sea que los medicamentos serían fuertes.
- Les aclaro que para ese momento en nuestra área los hospitales estaban llenos y las muertes en los hospitales cada día aumentaban.
- Nosotros nos mantuvimos en contacto con el médico todos los días. Le indicábamos nuestros niveles de oxigenación, temperatura, etc.
- Durante ese tiempo aprovechamos para hacer de nuestra estadía en casa un retiro.
un tiempo difícil a nivel de salud pero extraordinario a nivel espiritual.
Fue un tiempo donde el Eterno comenzó a trabajar las áreas de nuestra vida que necesitaban ser restauradas. En las próximas reflexiones iré compartiendo las cosas que nuestro Creador nos fue mostrando.
Estuvimos aproximadamente un mes en la sala de emergencias siendo atendidos por el médico de médicos. Fue un mes en donde a diario el Eterno nos enseñaba y nos mostraba las áreas de nuestra vida que necesitaban ser rendidas para que Él pudiera sanar y restaurar.
El Eterno nos sanó de COVID y a la vez me sanó de la condición de salud que llevaba sufriendo por 10 años aproximadamente.
Y aunque ya comenzó el proceso de nuestra sanidad física y emocional, todavía no ha terminado.
Lo maravilloso de todo fue que mientras trabajaba con nuestro cuerpo físico también estaba trabajando con nuestro corazón y emociones.
Él no se olvidó de ningún detalle…
En los momentos en los que físicamente me sentía muy débil, con baja oxigenación, él inquietaba a una hermana de la congregación para que me llamara y oráramos juntas.
El Eterno no dejó que me sintiera sola a pesar de que los únicos en el apartamento eramos mi esposo y yo. Él envió ángeles espirituales y mortales para socorreros en medio de ésta prueba difícil.
De hecho, olvidé contar que aún antes de que todo esto ocurriera; una hermana muy querida de la congregación se acercó a mí al finalizar el servicio y me dijo: «Hermana, necesito orar por usted porque El Eterno me dijo que iba a pasar por una prueba grande y necesita esta oración.»
Dos días luego de ésa oración comenzaron los síntomas de COVID y salimos positivo en la prueba.
el Eterno avisa a sus hijos del Peligro que se avecina
Mira lo que dice Génesis 18:17 «Entonces el Eterno dijo:—¿He de encubrir a Abraham lo que voy a hacer?…»
Las Escrituras están llenas de ejemplos de cómo los profeta avisaban de pruebas y situaciones difíciles. Ésa fue la primera enseñanza: El Eterno tiene cuidado de nosotros y envía mensajeros para alertarnos de la prueba o del peligro que se avecina.
Ésta hermana fue instrumento de bendición. No solo por su obediencia al comunicarme el mensaje de Eterno y orar por mí; sino que ella continúo vigilando y orando por nosotros durante la prueba.
Enseñanzas Importantes
Hermano y hermana que me escuchas el Eterno puede transformar la maldición en bendición.
Nehemías 13: 2 «porque no solo no les habían dado de comer ni de beber a los israelitas, sino que habían contratado a Balán para que los maldijera, aunque en realidad nuestro Di-s cambió la maldición por bendición.»
3 enseñanzas que quiero dejarte:
- El Eterno te ama y tiene cuidado de ti.
- Jeremías 31:3 «Con amor eterno te he amado; por eso te sigo con fidelidad.»
- El puede convertir la maldición en bendición
- Nehemías 13:2 «…nuestro Di-s cambió la maldición por bendición.»
- Él quiere sanar tu cuerpo y tu corazón
- Juan 5 1- 8 «Cuando Yeshúa lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Yeshúa le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda.Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.»
Nuestro bendito Padre Eterno está listo y dispuesto a realizar un milagro en tu vida.
¿Estás preparado y preparada para recibir sanidad emocional y física?
Permíteme orar por ti
Padre en el nombre de Yeshua, venimos delante de tu presencia. Reconociendo que te necesitamos. Que necesitamos escucharte y obedecerte. Padre te pedimos perdón porque hemos pecado, porque hemos hecho lo malo delante de tus ojos. Padre por los méritos de Yeshua te pedimos nos limpies, nos perdones y nos hagas nuevas criaturas. Padre sabemos que tu quieres hablarnos, sanarnos y usarnos para gloria y honra de tu nombre. Nosotros también estamos dispuestos para escucharte, obedecerte y ser instrumentos de bendición en tus manos. En este momento abrimos nuestro corazón. Quitamos todo bloqueo de nuestra mente y le damos la bienvenida a tus palabras y tus pensamientos. Háblanos Padre. Quitamos los tapones espirituales de nuestros oídos y los abrimos para escuchar el susurro de tu voz. Declaramos que nuestra mente, oidos y corazón estan dispuestos y disponibles para escucharte y obedecerte. Padre también estamos dispuestos a recibir sanidad. Le hablamos ahora a nuestras células y a cada átomo de nuestro cuerpo para reciban la palabra y sean restaurados. Di la palabra Creador y nuestra alma, y cuerpo sanarán. Nos ponemos en tus amorosas manos. En el nombre de Yeshúa amén.
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