Acercándonos al Creador de los milagros (Parte II)

por | Oct 15, 2022 | 0 Comentarios

Testimonio de Sanidad

(Transcripción del audio)

Shalom hermano y hermana que me escuchas. Mi nombre es Yaritza, del ministerio de Adoración AvdeYah.

Si esta es la primera vez que me escuchas, te quiero dar la bienvenida a nuestra página ministerial. Y si todavía no te has suscrito, te invito a dejar tu email en el encasillado que está destinado para eso, para que así puedas recibir nuestras notificaciones.

Hoy seguimos con la segunda parte del testimonio de sanidad. A esta serie la he titulado Acercándonos al Creador de los Milagros. Si todavía no has escuchado la primera parte, te invito a detener esta grabación y a buscarla en nuestro blog. Para que así estés al tanto y sigas la secuencia de eventos de este testimonio.

He sentido de parte de El Eterno compartir mi testimonio de sanidad y a la vez hacer un recorrido en cómo el Eterno ha estado trabajando conmigo. Y en resumen, estaré compartiendo mi testimonio de sanidad y las reflexiones o las enseñanza que he recibido del Eterno durante este proceso.

Propósito

Esta es una serie que va a tener varias partes y en fin, no es solo testificar de las maravillas de nuestro Creador, sino poder inyectar a tu vida ánimo, pasión y la fe que por la rutina diaria y las situaciones de vida se han desgastado.

Ese es el propósito de esta serie que he titulado Acercándonos al Creador de los milagros. Estamos viviendo unos tiempos difíciles y es necesario que mantengamos nuestros corazones ardientes por nuestro amado Creador y su Hijo Yeshúa.

Breve resumen de la primera parte

Quiero darte un breve resumen de la primera parte para entrar de lleno en esta segunda parte.

En la primera parte les compartí que:

  • Para el mes mayo del 2021 mi esposo y yo nos contagiamos con el COVID -19, y que durante nuestro tiempo de cuarentena, que realmente duró más o menos como un mes, el Eterno trató, no sólo con nuestros cuerpos, sino también con nuestros corazones.
  • Les comenté que el Eterno no solo me sanó del COVID, sino que nos sanó sin ninguna repercusión adversa. Debo aclarar esto , porque yo sé que hay mucha gente que se ha recuperado del COVID, pero ha tenido secuelas de esa condición, o sea basado en esa enfermedad,
  • Además de ser sanada del COVID también fui sanada del Síndrome de Fatiga Crónica, la cual llevaba padeciendo por más de diez años aproximadamente.
  • Les conté así por encimita, como vimos la mano del Poderoso durante este proceso, a través de la oración de mis hermanos en la fe, mi familia de verdad y mis amistades.

De dónde surge el título

Y antes de continuar, quiero hacer un paréntesis y quiero compartirles de donde salió o de dónde surge el título para esta serie, porque en la primera parte olvidé decirlo y me parece que es sumamente importante.

Les invito a leer conmigo Hebreos 4: 4 - 16

Por lo tanto, ya que en Yeshúa el Hijo de Elohim, tenemos un gran sumo Sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos, porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.

A través de Yeshua, del Mesías Yeshua, tenemos acceso directo al trono de la gracia. Así que podemos acercarnos confiadamente, como dice el texto.

Y este es el texto base que utilicé para este título…

Y más adelante van a ver el por qué utilicé este título de acercarse confiadamente… Acercándonos al Creador de los Milagros.

Enseñanza y Testimonio

Y aquí, entrando de lleno a esta segunda parte… que es la base de esta serie de reflexiones y enseñanzas. Es que no solamente obtenemos salvación y acceso al trono de la gracia a través de Yeshua, sino que también obtenemos sanidad.

Y veamos lo que dice la Escritura acerca de esto en Isaías 53: 4

Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Elohim y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades. Sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.

Y fíjense que dice: «Y gracias a sus heridas fuimos sanados…» en pasado. No lo dice presente, no lo dice futuro, sino pasado. Fuimos sanados.

Y en Mateo 8: 14 -17, dice:

Cuando Yeshúa entró en casa de Pedro, vió a la suegra de éste en cama con fiebre, le tocó la mano y la fiebre se le quitó. Luego ella se levantó y comenzó a servirle. Al atardecer le llevaron muchos endemoniados, y con una sola palabra expulsó a los espíritus y sanó a todos los enfermos. Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: Él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores.

Una mirada al pasado

Y aquí quiero comentarles que aunque yo conocía estos versos casi de memoria, muy en el fondo de mi corazón, no creía que fueran posibles para mi vida. Para que entiendan un poco del por qué pensaba de esta manera tengo que darles un poquito de mi trasfondo.

Aproximadamente a los 13 años acepté a Yeshua como mi Salvador. En aquella época lo conocía con el nombre de Jesús. Yo me me convertí, como decíamos antes, en la Iglesia Cristiana Evangélica y allí me desarrollé en la fe, desarrollé mi fe en esta iglesia y en ella se hablaba muy poco acerca de los milagros de sanidad.

Sí había escuchado sobre las campañas evangelísticas y de milagros que hacían algunos evangelista reconocido en aquel momento en Puerto Rico donde vivía. Pero la realidad era que no le prestaba mucha atención. Yo pensaba que eso era como casos aislados que ocurrían, como que no tenían nada que ver conmigo. Y como les repito, no era algo que tampoco se hablabla mucho en la iglesia donde me desarrollé.

Al llegar a la universidad estudié Ciencias en Terapia Ocupacional y me especialicé en niños con necesidades especiales o niños con diversidad funcional. Y ahora, al reflexionar, me doy cuenta que puse en primer lugar mis conocimientos en ciencia y el funcionamiento del cuerpo humano antes que al Creador de nuestros cuerpos, al Creador de los milagros.

Claro, eso lo sé ahora y estoy consciente de eso ahora. En aquel momento realmente no lo estaba viendo de esa manera.

¿A qué me refiero cuando digo que puse primero o en primer lugar mis conocimientos de ciencia y del funcionamiento del cuerpo humano en primer lugar?

Cuando alguien se me acercaba y me pedía oración, o cuando escuchaba que alguien estaba pidiendo por sanidad, por esta o por aquella enfermedad, mi mente siempre se inclinaba hacia mis conocimientos en la ciencia y no necesariamente al poder sanador de nuestro Padre, ni al poder del sacrificio de Yeshua en cuanto a la sanidad.

Sí creía firmemente en el poder de la sangre de Yeshua para salvación, y para acceso directo al Padre. Pero la realidad es que hasta ese momento, hasta hace poco, –como quien dice –, no estaba convencida o no creía en realidad en éste poder sanador de la sangre de Yeshua, especialmente para mi vida.

De manera intelectual me sabía los versos como les mencioné de Isaías y de Mateo, donde habla que Yeshua cargó nuestras enfermedades, lo sabía de manera intelectual … que por su llaga fuimos sanados, pero realmente en mi corazón no lo creía. No había una convicción real en mi vida. No lo había hecho parte de mí. Realmente lo veía como caso aislado, y casi siempre lo veía como con una explicación más científica que milagrosa, por así decirlo.

Estamos hablando de que yo estoy en los caminos del Eterno desde los 13 años. Luego, ya de adulta, empiezo a conocer acerca de las raíces hebreas y seguir la Torah, pero todavía seguía arrastrando esta manera de pensamiento. Y que honestamente no me había percatado de que estaba pensando de esta manera.

pensamientos Defectuosos

Nunca me había puesto a reflexionar de manera profunda acerca de esto y se los quería comentar a ustedes, porque pienso que así como yo, hay muchas personas, quizás no en el termino científico o inclinado a la ciencia como yo lo estaba, pero sí en términos generales de no creer con todo su corazón acerca de esta Escritura.

Y quería compartir con ustedes que usualmente cuando alguien se me acercaba para orar por sanidad, o cuando yo escuchaba a alguien que estaba pidiendo por sanidad, usualmente me venían a la mente estos dos pensamientos.

  • El primer pensamiento: «Ok, voy a orar, pero no estoy segura de que esta persona pueda ser sana, porque esta condición…», ahí entraba yo en el análisis de lo que dice la ciencia acerca de esa condición en específico, especialmente si era una condición que la ciencia dice que no tiene cura.

En mi mente decía que yo voy a orar o vamos a orar, pero en realidad yo no sé si el Padre pueda sanarte porque la ciencia dice esto o aquello.

Claro está, ésto esto era en mi mente. Nunca lo verbalicé.

  • El segundo pensamiento: « Ok, voy a orar por sanidad, pero yo no sé si realmente ésta sea la voluntad del Padre. »

Siempre tenía ese temor o ese miedo de orar en contra de la voluntad del Padre, porque una de las cosas que se me enseñó, es que el Padre permite las enfermedades porque a veces Él permite esa enfermedad porque te quiere enseñar algo, te quiere mostrar algo, y ni modo verdad.

Realmente cuando oraba, lo que lo que salía de mi boca no era sanidad, sino era diciéndole al Padre haz tu voluntad. Y claro, eso no tiene nada de malo.

Lo que la Ciencia dice

Pero en esta serie les voy a compartir como el Padre ha ido cambiando esta manera de pensar y cómo me lo enseñó a través de la Escritura. Y el mejor ejemplo que él me dio fue el de nuestro amado Yeshúa. Yeshúa utilizaba mucho las Escrituras, citaba mucho las Escrituras, así que ya les adelanté ahí un poquitín de lo que vamos a estar hablando más adelante.

Así que cuando fui diagnosticada con el Síndrome de Fatiga Crónica, que a esto el punto de quiero llegar, yo acepté la condición sin ningún tipo de problema. No fue ningún problema para mí aceptar lo que me dijo la ciencia.

La ciencia me dijo esta condición que tú tienes el Síndrome de Fatiga Crónica no tiene cura. Fue descubierta para 1980 –que fue el año en que nací–, y no tiene cura. Así que vas a vivir el resto de tu vida con esta condición y tienes que aprender simplemente a vivir con ella.

Una vez que a mí me diagnosticaron esta condición, realmente yo no pedí oración por sanidad. Realmente las oraciones que yo pedía eran más para fortaleza… para que el Padre me ayudara y nos ayudara en todo este proceso de aceptación, y de ver cómo yo lidiaba con la situación. Pero no por sanidad.

Ahora, claro está, hubo personas que se me acercaron –personas de la fe — creyentes que se me acercaron para orar por sanidad, y en mi interior yo escuchaba.

Obviamente cuando alguien me decía mira, quiero orar por ti, pues yo sí aceptaba la oración, pero dentro de mí seguía escuchando la vocecita de la ciencia que me decía no te vas a curar, esta condición no tiene cura, tienes que aceptarla y aprender a vivir con ella. La vida se te va a hacer más fácil si la aceptas, si aceptas la vida así, tal y cual, y tratas de llevarlo lo mejor que pueda.

Y así viví durante diez años aproximadamente. Con toda honestidad, yo pensaba que esa era la voluntad del Padre. Pensaba que el Eterno no quería sanarme, que Él me quería así. No sabía el por qué. Nunca le pregunté el por qué, pero siempre pensé que esa era su voluntad.

Y bueno, yo lo que estaba era tratando de ver qué aprendía a través de esta situación. Y vuelvo y repito, realmente nunca pregunté por que oraran por mi, por sanidad y la gente cuando oraba por mí, realmente yo no recibía verdad sus declaraciones de sanidad a mi vida durante ese tiempo.

Como profesional de la salud, aunque la ciencia me decía no hay cura, no hay medicina realmente los medicamentos que hay disponibles son para tratar la algunos síntomas, esto no se va a curar… Me di a la tarea como profesional de la salud a buscar distintas alternativas en la medicina natural y de investigar como yo podía obtener una mejor calidad de vida.

Así que, ¿qué hice?

Bueno, comencé a modificar mi alimentación, a consumir suplementos naturales que me ayudaran a disminuir algunos síntomas. Incluso durante este proceso yo tuve que dejar de trabajar porque los síntomas eran muy muy fuertes, y no me permitían seguir ejerciendo mi profesión como terapeuta ocupacional. Y también tuve que dejar mis estudios de maestría en consejería, en rehabilitación y me faltaban tres clases para graduarme. Para mí fue muy una época muy dura, pero la acepté y comencé a pensar bueno, como terapeuta ocupacional nosotros pensamos siempre que la ocupación en el ser humano es bien importante y el ser humano necesita sentirse ocupado y sentirse que es útil.

Así que comencé a explorar qué podía hacer. Y en una ocasión… — siempre me ha gustado escribir- le compartí a mi esposo algunas cosas que había escrito. A mi esposo le gustó y me comentó: «Mira, tú puedes escribir un libro. ¿Qué te parece si publicamos libros? Y bueno, eso fue lo que hice.

Dos años después de mi diagnóstico, yo comencé a escribir y llegué a publicar dos libros en un mismo año. Básicamente en esos años luego de de mi diagnóstico… no solamente (publiqué), sino que también descubrí que podía ayudar a otros escritores independiente a autopublicar sus libros.

Así que me dediqué a eso y nuevamente, pensaba que esa era la voluntad del Eterno. Pensé bueno, pues el Eterno ha permitido esto. Él quiere que yo cambie de carrera. La carrera que yo vi que había estado por diez años o nueve años aproximadamente siguiendo, Él no quiere que siga ahí. Bueno pues, fantástico. Hasta que un día el Eterno utilizó a alguien para hablarme y hacerme reflexionar en nosotros.

Lo que dice el Eterno

Aproximadamente en el 2019 comenzamos a ir… — 2018, 2019 más o menos –. Comenzamos a asistir a una congregación mesiánica en el estado de Florida. Nosotros nos habíamos mudado de Puerto Rico al estado de Florida en Estados Unidos, (ese día) al finalizar el servicio ellos hicieron un llamado para las personas que desearan que oraran por ellas por sanidad.

Mi esposo sintió la inquietud de que ambos pasáramos para que oraran por mí, porque él ya tenía la inquietud.

(Un poquito de transfondo)

Antes de tener esta recaída en salud, nosotros teníamos un ministerio musical, teníamos (y seguimos teniendo) el grupo de AvdeYah y ésto se había paralizado debido a la condición física. Cantar requería mucho esfuerzo físico y honestamente casi no lo podía hacer, y las pocas veces que podía hacerlo terminaba de cama.

(regresando al punto anterior) Mi esposo tenía en su mente esta inquietud del Padre, quien lo había inquietado para reactivar el ministerio. Pero él decía: « Pero, ¿cómo esto va a ser posible, si mi esposa está en esta condición? — que hay semanas en las que ella está completamente en cama, etcétera –.

Así que nada, él me dijo (para pasar por oración), y yo le dije bueno (pasemos). (Así que pasé), pero ya saben (o se imaginan), la actitud y la mentalidad que tenía y la seguía teniendo hasta ese momento…

Pasamos al frente y uno de los ancianos de esta congregación, mi esposo, le explica el porqué quería que orara, él le comentó y le explicó mi situación. El anciano le dijo: « Mira los médicos y la ciencia dice que no tiene cura, pero nosotros tenemos que preguntarnos que es lo que dice el Eterno.»

Hermanos, sus palabras, aunque fueron así de sencilla, de verdad que traspasaron mi corazón. Y por primera vez en diez años me pregunté: «Oye, y si realmente el Eterno quiere sanarme.»

¡Wow!, eso me trastocó, porque hasta ese momento, aunque no lo crean, había aceptado lo que la ciencia me había dicho, no había orado al respecto, no le había preguntado al Eterno, simplemente acepté que esa era lo que él quería para mi vida y ya.

Y él, este anciano sembró esa semilla en mi corazón y esto le estoy hablando que pasó hace muchos, muchos meses antes de que ocurriera…, — posiblemente un año o algo así –, antes de que ocurriera el milagro en mí.

Recuerden lo que dice la Escritura sobre la semilla de mostaza y la fe.

Vamos a leerlo en Mateo 17: 19-20:

Después los discípulos se acercaron a Yeshúa y en privado le preguntaron Por qué nosotros no pudimos expulsarlo Y estaban hablando de verdad de un endemoniado. Estaban tratando de sacarle unos demonios. Y dice el verso Por la poca fe que tienen les respondió Les aseguro que si tuvieran fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a esta montaña trasladarte de aquí para allá y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible.

«…Para ustedes nada sería imposible.»

Yo medité aquella palabra que me dio el anciano, aquella sencillas palabras que me dio el anciano y me di a la tarea realmente de preguntarle al Padre y de buscar en su Palabra.

Y lo quiero dejar hasta aquí. Porque obviamente vamos a seguir más adelante esta discusión y estas reflexiones.

Pero antes de concluir esta segunda parte, quería dejarles dos versos que en esta búsqueda, como les estaba diciendo, me impactaron y me dejaron también meditando.

En Mateo 8: 2-3:

Un hombre que tenía lepra se le acercó y se arrodilló delante de él Señor, si quieres, puedes limpiarme. Le dijo. Yeshua extendió la mano y tocó al hombre. Sí, quiero Le dijo Queda limpio. Y al instante quedó sano de la lepra.

Hermanos y hermanas, ¿qué enseñanza quiero que se lleven?

Quiero que se lleven esta enseñanza de Isaías 53: 4-5, especialmente el versículo cinco que dice:

Y gracias a sus heridas fuimos sanados, y gracias a sus heridas fuimos sanados.

Mateo 17:20

Si tuvieran fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a esta montaña trasladarte de aquí para allá y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible.

Y Mateo 8 dice:

Y Yeshúa extendió la mano y tocó al hombre. Sí quiero le dijo, queda limpio. Y al instante quedó sano de la lepra.

Y lo último con lo que quiero dejarle a ustedes en este momento es: Yo no sé por lo que estés pasando a nivel de tu salud física o tu salud emocional, pero quiero decirte lo mismo que me dijo el anciano de esta congregación a la que asistíamos en el estado de Florida.

Los médicos y la ciencia dicen una cosa… Te pueden dar una noticia nefasta, un diagnóstico nefasto, pero nosotros tenemos que preguntarnos que es lo que dice el Eterno. Qué dice el Eterno en su Palabra.

No pongamos nuestra confianza primeramente en la ciencia y luego en segundo lugar al Creador. Creamos, al Creador. Él, como dice la palabra Creador: él nos formó desde el vientre de nuestra madre. Él formó cada órgano de nuestro cuerpo.

Yeshua con tan solo emitir una palabra, un toque… sanaba enfermos, resucitó muertos, sacó demonios, trajo libertad al cautivo.

De hecho, reflexionemos en el ministerio del Mesías. Cuando el Mesías estuvo en esta tierra, ¿a qué se dedicó? ¿Qué hizo el Mesías? ¿No fue a traer libertad a los cautivos?… ¿No fue a traer sanidad a los enfermos?

Los dejo con esta reflexión… y les quiero pedir que me permitan orar por ustedes.

Oración

Padre, en el nombre de Yeshúa venimos delante de tu presencia reconociendo que te necesitamos, que necesitamos tu presencia en nuestra vida. Padre, en esta hora te pedimos perdón porque te hemos fallado. Te pedimos perdón Padre Eterno por nuestra incredulidad, por nuestra poca fe.

Hoy hemos aprendido que gracias al sacrificio de tu Hijo amado no sólo tenemos acceso directo a ti, sino que gracias a sus heridas fuimos sanados. Ya esa obra está hecha… ya la palabra fue dada, solo tenemos que esperar a la manifestación de esa Palabra en nuestra vida.

Padre, ahora confesamos que te creemos, que creemos en lo que dice tu Palabra. Creemos que tu tienes el poder para sanarnos y que quieres sanarnos. Confesamos lo que tu Palabra establece y dice: Que de tal manera tú nos amaste, que enviaste a morir a tu Hijo amado por nosotros, y que gracias a ese sacrificio perfecto obtenemos salvación, liberación y sanidad.

Padre, a ti clamamos para que nos ayudes a superar nuestra incredulidad. Y así como lo hizo aquel Padre cuando trajo a su hijo endemoniado a los pies de Yeshúa, te decimos: «Ayúdanos Padre, ayúdanos a nuestra incredulidad, ayúdanos a superar esta incredulidad.»Te lo pedimos por los méritos de Yeshúa. Amén y Amén.

Amado hermano, espero que estés conmigo durante la tercera parte de esta serie. ¡Qué el Eterno los bendiga y los guarde! Shalom.

Yaritza Corujo

Yaritza Corujo

Terapéuta ocupacional de profesión. Además de su participación en el ministerio AvdeYah, actualmente es escritora de ficción y fundadora de Escritor Knowmada, proyecto dirigido a brindar ayuda y servicios a escritores que desean publicarse de manera independiente.

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